El encuentro de oración con los enfermos del Miércoles Santo nace en el año 2011  de la inquietud de un grupo de cofrades por ocupar un espacio de nuestra Cofradía, y desde luego de la Semana Santa, que hasta ahora se encontraba vacío. Un espacio en el que los enfermos tuvieran un protagonismo especial, de tal manera que no sólo se rezase por ellos, sino que fueran ellos mismos los que participasen en el encuentro de una forma activa y no como meros espectadores.

Con este planteamiento inicial, el Cristo de la Humildad cobraba una importancia absoluta como referente del encuentro, al tratarse de una imagen que refleja la sencillez y humildad con la que Jesús deposita su confianza en el Padre ante lo que le ha de venir, de la misma manera que el enfermo creyente asume su enfermedad dejando su destino y sufrimiento en manos de Dios.

Con estas premisas como básico y principal fundamento, la segunda idea a llevar a cabo era que se tratase de un encuentro diferente a lo que hasta ahora existía en nuestra Semana Santa, algo original que realmente invitase a los cofrades, pueblo fiel y enfermos a unirse en una oración común. Para conseguir este objetivo, nada mejor que utilizar los medios audiovisuales que hoy día tenemos en nuestras manos y que como dijo el Papa Emérito Benedicto XVI, se hacen imprescindibles en la oración y evangelización de nuestro tiempo.

Y la tercera idea era que se tratase de un espacio abierto a la participación de aquellas asociaciones y grupos dedicados a la atención de enfermos y discapacitados, de tal manera que el primer año estuvieron presentes la Frater (Fraternidad Cristiana de enfermos y discapacitados) y la Cofradía del Santo Entierro, y en la segunda edición, así como en la tercera, la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, participando actualmente la Pastoral Diocesana de la Salud.

Imagen y música se unen en un espacio presidido por la Palabra, los enfermos y el Cristo de la Humildad y, durante un periodo de tiempo de aproximadamente 50 minutos, se crea un ambiente de reflexión y oración en el que todos somos uno solo cuerpo entorno al Padre.